Tener una sonrisa bonita, sana y brillante es fácil si se mantiene una buena rutina de higiene diaria y revisiones en el dentista. Tres lavados diarios, comida sana y revisiones periódicas harán que tus dientes se vena bonitos y habrían menos posibilidades de contraer una infección bucodental.
Ahora sí. Aunque la higiene sea diaria y las revisiones periódicas, hay ciertos hábitos diarios que pueden perjudicar gravemente la salud dental. No solo los que ya conocemos como el alcohol, azúcares o tabaco. Se trata de acciones diarias que muchas veces realizamos de manera inconsciente y que pueden llevar hasta a romper los dientes.
¿Sabéis de que os hablamos?
El estrés
El estrés es perjudicial para la salud en general. Pero si nos centramos en los dientes, el estrés continuo provoca bruxismo, un trastorno que hace que se rechinen, crujan o aprieten los dientes de manera inconsciente. El bruxismo puede llevar a fracturas dentales y debilitamiento del esmalte, provocando también una alta sensibilidad dental.
Comer alimentos pegajosos
Pasas, chocolate, golosinas… Son alimentos pegajosos que suelen «quedarse entre los dientes» por un tiempo y que ocasionan malos ratos, sobre todo si sucede en público. No consumir estos alimentos puede suponer un esfuerzo, ya que la mayoría de ellos son los típicos dulces que apetecen en un momento de tranquilidad.
Pero desde Almidental recomendamos que, si se ingiere uno de estos alimentos, se cepillen los dientes lo antes posible. Una falta de cepillado puede producir una infección dental, como caries.
Utilizar los dientes como tijeras
Siempre aparece el plástico difícil de abrir con las manos, y para ello… ¡recurrimos a los dientes! Es una de las acciones que más se repiten de forma inconsciente. Y no solo puede provocar la rotura de las piezas delanteras -dependiendo del plástico o material que se intente romper-, las bacterias que se encuentran en esa superficie pueden crearnos graves infecciones.
Sostener elementos con los dientes
O también mordisqueralos, como las tapas de los bolígrafos. Esto suele ser una «manía» o acción que se realiza en un momento de nervios. Pero, sin darnos cuenta, esta acción conlleva grandes peligros.
Sostener un elemento sobre los dientes provoca que se ejerza cierta presión sobre el objeto que sostenemos. Esta acción lleva a ocasionar desplazamientos en las piezas e incluso roturas.